Saltar al contenido principal
Ejercicio 2024

Los impuestos devengados y los ingresos tributarios

Los impuestos devengados crecieron en 2024 un 10,1% (Cuadro 1.4), seis décimas por encima del aumento alcanzado por la suma de los principales impuestos (un 9,5%, Cuadro 1.3), al incluir el total la recuperación parcial en 2024 del Impuesto sobre el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica. Sin las cuotas diferenciales estimadas de IRPF y Sociedades, el incremento esperado para los impuestos devengados se sitúa en el 10,2%. El crecimiento de los impuestos devengados se debió al aumento del 6,9% de las bases y a la subida de un 2,4% del tipo medio.

El incremento de los ingresos tributarios fue inferior al de los impuestos devengados, un 8,4%. La principal razón de esta discrepancia se debe a que los ingresos recogen la mayor parte de la recaudación asociada a las cuotas devengadas en el ejercicio 2023, que han tenido unas evoluciones más negativas de las que se espera para el devengo de 2024. Además, hay que tener en cuenta a la hora de analizar la evolución de los ingresos el importante papel que juegan los cambios normativos y de gestión que en 2024 supusieron una pérdida de ingresos valorada en 2.008 millones (en el Cuadro 1.5 se puede encontrar el detalle).

Analizando la evolución de bases e ingresos por figuras, en el IRPF las rentas brutas de los hogares aumentaron en 2024 un 8,5%, tasa muy positiva, sobre todo si se tiene en cuenta que la preceden dos años con un incremento medio del 7,7% (Cuadro 2.1). Todos los componentes aumentaron, si bien destacó el dinamismo de las rentas de capital (22,6%, Gráfico 1.20), gracias al empuje recibido de las rentas de capital mobiliario y de las ganancias patrimoniales.

Gráfico 1.20. Tasas de variación interanual de las rentas del trabajo, rentas del capital y rentas de la empresa

El IRPF devengado creció un 11,1% en 2024, resultado del aumento de las rentas brutas de los hogares en un 8,5% y del tipo en un 2,4% (Gráficos 1.21 y 1.22; Cuadro 2.1). El crecimiento del tipo efectivo se produjo como resultado de las subidas del salario y la pensión medios, a pesar de los cambios normativos que redujeron el tipo en las rentas más bajas.

Gráfico 1.21. Tipo efectivo como porcentaje que representa el impuesto pagado sobre la sobre la base imponible en retenciones de salarios y pensiones y en el IRPF

Gráfico 1.22. Tasas de variación interanual de los tipos efectivos sobre salarios y pensiones y el tipo efectivo sobre el IRPF

Efectivamente los cambios normativos tuvieron un notable impacto en el IRPF en 2024: redujeron la recaudación en casi 3.200 millones. Destacan tres medidas en particular. En primer lugar, el incremento de la reducción por rendimientos del trabajo conllevó la pérdida de 1.445 millones (1.560 millones en las retenciones). En 2023 una medida similar tuvo un coste de 1.726 millones, aunque en la declaración anual de ese año se recuperaron 115 millones. En segundo lugar, casi con el mismo importe (1.435 millones), figuran las devoluciones a mutualistas consecuencia de una sentencia judicial. La parte principal de esa cifra (cerca de 1.000 millones) son los menores ingresos y mayores devoluciones que se concretaron en la declaración anual de 2023; el resto proceden de recursos que en su momento pusieron los contribuyentes por este motivo. Y, en tercer lugar, hay que señalar los 302 millones que dejaron de ingresarse como consecuencia de las medidas implementadas para paliar los efectos de la dana, casi todos ellos por el aplazamiento del segundo plazo de la campaña de la renta hasta febrero de 2025.

En consecuencia, los ingresos en el IRPF crecieron un 7,6%, tasa que se elevaría hasta el 10,2% si se descuenta el impacto negativo de los cambios normativos y de gestión, cifra compatible con un crecimiento de la renta de los hogares del 8,5% y la subida del tipo efectivo derivada del incremento de salarios y pensiones.

En el Impuesto sobre Sociedades la base imponible consolidada creció un 10,8% (Cuadro 3.1). Cabe destacar que esta elevada tasa se registra tras otros tres años de fuertes incrementos (36% en 2021, 17,7% en 2022 y 11,4% en 2023). El buen comportamiento de la base imponible en los últimos años ha hecho que desde 2023 se superase el anterior máximo histórico de 2006, pero este resultado no se ha trasladado por completo al impuesto devengado, que sigue estando por debajo del alcanzado ese año (Gráfico 1.23). La evolución de la base imponible es bastante pareja a la de los beneficios de las sociedades sin incluir las sociedades a tipos 0% ni 1%. El cambio en 2021 de la regulación por doble imposición ha minorado el importe de estos ajustes en los grupos consolidados, favoreciendo un progresivo acercamiento de la base imponible a estos beneficios (Cuadro 8.5).

Gráfico 1.23. Evolución en el Impuesto sobre Sociedades de la base imponible, el impuesto devengado y los beneficios, base año 2006

El Impuesto sobre Sociedades devengado creció aproximadamente lo mismo que la base consolidada, un 10,4%. La diferencia es la pequeña caída que se estima para el tipo efectivo (-0,4%). El descenso del tipo es mayor (-2,7%) si se calcula sobre los beneficios de las empresas sin incluir en estas las que tienen tipos al 0% y 1%, sociedades sobre todo de carácter financiero con alta variabilidad de sus beneficios en función de la situación de los mercados, pero sin apenas impacto en el impuesto devengado (Gráficos 1.24 y 1.25).

Gráfico 1.24. Tipos efectivos en el Impuesto sobre Sociedades como porcentaje que representa el impuesto pagado sobre la base imponible consolidada y sobre los beneficios sin sociedades a tipos cero y uno por ciento

Gráfico 1.25. Tasas de variación interanual de los tipos efectivos en el Impuesto sobre Sociedades sobre la base imponible consolidada y sobre los beneficios sin sociedades a tipos cero y uno por ciento

Los ingresos por el Impuesto sobre Sociedades aumentaron un 11,5% (Cuadro 3.1), alcanzando los 39.096 millones. Al igual que en el IRPF, el incremento hubiera sido mayor de no ser por el impacto negativo de los cambios normativos y de gestión, que restaron 2.189 millones a los ingresos. También en este caso el impacto se concentró en tres grupos de medidas. El primero fue el impacto producido por la sentencia relativa al RDL 3/2016 que se tradujo en devoluciones extraordinarias de los ejercicios anteriores no prescritos por importe de 1.089 millones, y en una pérdida de recaudación en la declaración anual de 2023 de 1.696 millones. El segundo fue el efecto negativo sobre los pagos fraccionados de la medida que estuvo vigente en 2023 que reducía al 50% las bases imponibles negativas que se podían consolidar en los grupos de sociedades. En 2023 esa medida tuvo un impacto positivo que en 2024 se tornó negativo, efecto que se acentuó porque los importes no deducidos en 2023 se pueden restar, a partes iguales, en los diez ejercicios siguientes. El impacto negativo de ambos elementos se vio ligeramente compensado en la liquidación anual. Por último, en la declaración anual de 2023 tuvieron efecto, por primera vez, dos cambios normativos aprobados en el Presupuesto de 2023, como son la reducción del tipo a las pymes (-291 millones) y el nuevo Régimen especial de las Illes Balears (-65 millones). Todas estas medidas con impacto negativo se vieron parcialmente compensadas por el menor importe de las devoluciones extraordinarias respecto a las del año 2023 y por la existencia de ingresos extraordinarios.

En lo que se refiere al IVA, el gasto final sujeto a IVA creció un 5,7% en 2024, 1,7 puntos por debajo del aumento de un año antes (Gráfico 1.26, Cuadro 4.1), con menores subidas tanto del deflactor como del componente en volumen. La ralentización del gasto de los hogares fue de una intensidad similar a la del agregado total, mientras que fue más intensa en los consumos de las Administraciones Públicas. Por el contrario, el gasto en compra de vivienda de los hogares fue ligeramente superior al del año anterior (Gráfico 1.27).

Gráfico 1.26. Tasas de variación interanual del gasto final sujeto

Gráfico 1.27. Tasas de variación interanual del gasto de los hogares, del gasto en vivienda y del gasto de las AAPP

Un rasgo destacado del ejercicio 2024 fue el escalonado incremento de tipos que se produjo con el objetivo de ir recuperando de forma paulatina los tipos vigentes con anterioridad al fuerte proceso inflacionario que condujo a las rebajas de tipos en los productos asociados con la energía y, posteriormente, en la alimentación. Esto explica que el tipo efectivo medio creciera un 1,4%, tras los descensos observados los años previos. Como consecuencia, el IVA devengado en el período creció un 7,3%, tasa que supera en más de cuatro puntos y medio la alcanzada en 2023, al verse compensada la ralentización del gasto sujeto con la recuperación del tipo (Gráficos 1.28 y 1.29). El IVA devengado neto experimentó un aumento similar.

Gráfico 1.28. Tipos efectivos en el Impuesto sobre el Valor Añadido como porcentaje que representa el impuesto pagado sobre la base imponible

Gráfico 1.29. Tasas de variación interanual en el Impuesto sobre el Valor Añadido del gasto final sujeto, del impuesto devengado y del tipo efectivo

Los ingresos por IVA crecieron un 7,9% en 2024 (1,6% anterior), prácticamente igual que el IVA devengado, aunque los efectos de la subida de los tipos se notaron de forma distinta en la caja que en el devengo. El retorno progresivo al 21% en los tipos aplicados sobre la electricidad y el gas natural supuso mayores ingresos (1.159 millones).

Sin embargo, la aproximación al tipo del 4% desde el 0% en los productos básicos de alimentación y al 10% desde el 5% en pastas y aceites (con la excepción del aceite de oliva que se queda en el 4%) tuvo un impacto muy reducido en 2024 al comenzar en octubre (el devengo de octubre se contabilizó en diciembre y los de noviembre y diciembre ya en 2025). En cambio, la rebaja de los tipos en el último tramo de 2023 se notó en los primeros meses de 2024. Además, en los ingresos de caja también influyeron otros impactos positivos derivados de los ingresos y devoluciones extraordinarios, del aumento de aplazamientos iniciado en 2023 (parte de ellos recuperados en 2024) y de otras medidas que estuvieron vigentes en periodos anteriores y no en 2024.

El valor de los consumos sujetos a los Impuestos Especiales volvió a reducirse, aunque con menos intensidad que en 2023 (-6,3% frente al -13,9% anterior; Cuadro 1.3), por la menor caída de los precios de los productos asociados al petróleo (Cuadro 9.1) y de la electricidad, que inciden en el valor de dos de los componentes con mayor peso sobre el total. El comportamiento de los consumos, con crecimientos también en los componentes de mayor peso (Hidrocarburos, Tabaco y Electricidad) contribuyó a frenar el descenso del valor agregado. La aportación de los consumos ligados al alcohol, por el contrario, fue negativa.

En 2024 los ingresos por Impuestos Especiales crecieron un 6,6%. Sin los ingresos derivados de los cambios normativos (1.009 millones del Impuesto sobre la Electricidad y del Impuesto sobre Envases de Plástico No Reutilizables), el aumento habría sido tan solo del 1,7%.

La principal figura de este grupo de impuestos, el Impuesto sobre Hidrocarburos (Cuadro 5.5), creció un 2,1% (0,6% en 2023). Como viene sucediendo en los últimos años como consecuencia de la reducción del parque de vehículos diésel, el mayor crecimiento se dio en el consumo de gasolinas frente a los gasóleos, lo que propició, además, una subida del tipo efectivo. Los ingresos en el Impuesto sobre Labores del Tabaco aumentaron un 3,2% (Cuadro 5.6), en un entorno de subida de los precios y descenso del consumo, excepto por abrupto repunte a final de año por el efecto de acaparamiento previo a la esperada subida de tipos. El Impuesto sobre la Electricidad (Cuadro 5.7) recuperó gran parte de su peso en la recaudación al volver progresivamente al tipo del 5,11%. Es de reseñar que la recaudación en el año fue de 1.112 millones, lo que significa que, en condiciones normales, se hubiese logrado una recaudación histórica, muy superior al máximo de 2012 (1.507 millones) con un consumo muy inferior al de entonces.

En los impuestos sobre el alcohol los ingresos crecieron un escaso 1% (-7,2% en 2023). En el Impuesto sobre Alcohol y bebidas derivadas, que grava las bebidas con mayor grado alcohólico, el aumento fue aún menor, de un 0,8% (Cuadro 5.2), mientras que en el Impuesto sobre la Cerveza el incremento fue del 1,4% (Cuadro 5.3) y consolida la tendencia creciente en el nivel de sus ingresos.

En el segundo año del Impuesto sobre Envases de Plástico No Reutilizables los ingresos alcanzaron los 571 millones, 19 millones menos (-3,3%) que en 2023. La razón del descenso hay que buscarla en la gestión del impuesto que conlleva la realización de devoluciones que se empezaron a hacer en 2023 avanzado el año, lo que afecta a la comparación con 2024. Si se analizan los ingresos brutos y teniendo en cuenta que en 2023 hubo un mes menos de declaraciones (la primera se presentó en febrero), el resultado es una recaudación muy parecida en los dos años (646 millones desde febrero de 2024 y 645 en 2023).

En cuanto al resto de figuras, en el Impuesto sobre la Renta de No Residentes (Cuadro 6.1) la recaudación creció un 25,4%. Con este resultado encadena cuatro años consecutivos de crecimientos y supera ya los 4.000 millones de ingresos. Estos están vinculados, principalmente, a las retenciones sobre rendimientos del capital y, por lo tanto, a la evolución de los dividendos que, como se ha comentado, tuvieron un comportamiento muy positivo en 2024.

El ingreso del resto de los tributos del capítulo I aumentó un 28,5% gracias a la recuperación parcial del Impuesto sobre el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica (dentro de los impuestos medioambientales, Cuadro 6.2) y a pesar de la escasa recaudación del Impuesto temporal de Solidaridad de las Grandes Fortunas. Respecto a lo primero, el impuesto estuvo suspendido desde mediados de 2021 dentro de las medidas para paliar los efectos de las subidas de precios de la electricidad. En 2024 se recuperó, aunque de manera progresiva (en los dos primeros trimestres del año el retorno no fue completo). En cuanto a lo segundo, la disminución de los ingresos tuvo que ver con los cambios en el Impuesto sobre el Patrimonio en algunas CC. AA., de forma que la mayor parte de los ingresos que en 2023 había generado este impuesto, configurado como complementario del otro, fueron a parar a la caja de esas CC. AA.

En el resto del capítulo II cabe destacar el fuerte incremento en el Impuesto sobre Primas de Seguros (un 9,1%, una de las mayores tasas de los últimos 20 años sin mediar subidas de tipo; Cuadro 1.6 y Cuadro 6.4), en el Impuesto sobre Transacciones Financieras (un 25,5%, debido a los menores ajustes forales al haber asumido las diputaciones las competencias de gestión) y en el Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales (en este caso también cuentan los ajustes forales, aunque, incluso con eso, el aumento fue casi del 24%).

En el capítulo III de Tasas y otros ingresos (Cuadro 1.6 y Cuadro 6.6) la recaudación creció un 8,4%, lo que supuso 156 millones más que en 2023. De ellos, 65 corresponden a las tasas, casi la mitad procedente exclusivamente de la Tasa sobre el Dominio Público Radioeléctrico.