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Ejercicio 2024

2. El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas

Los ingresos por el IRPF alcanzaron los 129.408 millones en 2024, un 7,6% más que el año anterior. Esta figura ha aportado el 40% del incremento de los ingresos totales, y ello a pesar de estar afectada negativamente por los impactos asociados a los cambios normativos y de gestión, que restaron casi 3.200 millones a la recaudación. Sin estos impactos, los ingresos habrían aumentado un 10,2%, cifra coherente con un crecimiento de las bases del 8,5% y del tipo medio del 2,4%. Detrás de estos elevados incrementos se encuentra el buen tono del empleo, que siguió creciendo, si bien a un ritmo más moderado, unido al aumento de salarios y pensiones medios y la consiguiente subida del tipo efectivo. A estos factores se añade el fuerte crecimiento de las rentas asociadas al capital mobiliario gracias a la positiva evolución de los dividendos y a la notable recuperación de los ingresos por intereses de cuentas bancarias que más que duplicaron el nivel alcanzado un año antes.

Las rentas brutas de los hogares crecieron un 8,5% en 2024, superando en más de un punto la tasa del año anterior (Cuadro 2.1), y enlazando ya tres años con incrementos superiores al 7%. La mejora con respecto a 2023 se debió al fuerte dinamismo de las rentas de capital mobiliario, de las ganancias patrimoniales y de las rentas de la empresa, mientras que las rentas del trabajo y las rentas por arrendamientos se desaceleraron en relación al año anterior.

Las rentas del trabajo, principal componente de las rentas de los hogares, crecieron un 7,0% en 2024, tasa elevada pero que se sitúa más de un punto por debajo de la alcanzada en 2023 (Cuadro 2.1), con menores incrementos en todos sus componentes, con la excepción de las rentas asociadas a las prestaciones por desempleo. Los salarios, que en los últimos tres años han mantenido un peso estable sobre las rentas del trabajo, en torno al 68%, aumentaron un 7% (7,9% un año antes, Cuadro 2.2). La desaceleración de la masa salarial se concentró en el sector privado, en particular en las en las Grandes Empresas con crecimientos de alrededor del 10% en el primer semestre y del 8,7% en el segundo. El año se cerró con un incremento del 9,3%. En las pymes la masa salarial creció un 4,8%, tasa similar a la de 2023, con un perfil estable en torno al 5% de enero a septiembre, y desacelerándose hasta el 4,3% en el último trimestre. En conjunto, la masa salarial del sector privado aumentó un 7,4% en 2024 (8,8% en 2023). La principal causa de esta evolución fue la ralentización en la creación de empleo y, en el último tramo del año, la moderación de las subidas salariales (Gráfico 2.1).

Gráfico 2.1. Composición del crecimiento de la masa salarial privada entre la variación del salario medio y el número de asalariados

La masa de salarios del sector público, por el contrario, creció más que en 2023, un 5,8% frente al 5,1% anterior, gracias a un aumento del empleo del 2,1%, tres décimas superior al del año previo, y a un nuevo incremento de las rentas medias (3,6%), impulsado por la subida adicional del 0,5% en los salarios que se produjo en el mes de julio (Gráfico 2.2).

Gráfico 2.2. Composición del crecimiento de los salarios públicos entre la variación del salario medio y el número de asalariados

La masa de pensiones públicas creció un 7%, por debajo del 9,2% de un año antes, por el descenso de dos puntos y medio registrado en las pensiones medias, que tuvieron un fuerte incremento en 2023 por la revalorización en base a la inflación máxima de 2022. Por otro lado, el incremento del número de pensionistas fue algo mayor al del año anterior (Gráfico 2.3). Las pensiones privadas aumentaron, tras tres años de descensos, aunque este incremento no fue suficiente para que se mantuviera su peso sobre el total de la masa de pensiones. Estas rentas representaban en torno al 8% del total en el periodo 1995-2010, año a partir del cual fueron perdiendo importancia, de forma que en 2024 suponían el 3,3% de la masa de pensiones.

Gráfico 2.3. Composición del crecimiento de la masa de pensiones entre la variación de la pensión media y el número de pensionistas

En el Gráfico 2.4 se comparan las evoluciones del salario y pensiones medias y de los precios de consumo (IPC) desde 2010. Se observa que, así como en el caso de los salarios las subidas salariales no han sido suficientes para compensar el incremento de los precios, en el caso de las pensiones medias su evolución supera la del índice de precios. Hay que recordar que el incremento de la pensión media no sólo recoge la actualización anual, sino también el efecto alcista de los mayores incrementos en las pensiones más bajas y el mayor nivel de las nuevas pensiones que se dan de alta en el sistema frente a las que ya estaban en el mismo.

Gráfico 2.4. Evolución del salario medio, la pensión media y el IPC, base año 2010

Por último, las prestaciones por desempleo volvieron a aumentar en 2024, superando la tasa alcanzada en 2023 (4,5% frente al 3,2% anterior) debido al mayor incremento de la prestación media, que aumentó un 3,4%, mientras que el número de desempleados mantuvo una tasa del 1%, similar a la registrada un año antes.

Se estima que el conjunto de las rentas de capital de los hogares creció un 22,6% en 2024, frente al 3,2% estimado para 2023 (Cuadros 2.1, 2.4, 2.5 y 2.6). Esta intensa aceleración se debe principalmente, como ya se ha apuntado, al dinamismo de las rentas de capital mobiliario, que crecieron un 45,3%, tras los ya elevados 15,9% de 2023 y 26,5% de 2022. Tras estos aumentos, estas rentas suponían en 2024 en torno al 34% de las rentas totales de capital, peso que no alcanzaban desde 2015. En 2024 supusieron 30.767 millones en la renta de las familias, el máximo histórico de la serie después de los registrados en 2008 y 2009 (Gráfico 2.5), años previos a que se manifestasen por completo las consecuencias de la crisis financiera y, posteriormente, la caída prolongada de los tipos de interés. Para los hogares esto supuso la drástica disminución de las rentas procedentes de los intereses de cuentas bancarias. En 2024 estas rentas más que duplicaron el nivel alcanzado un año antes. Aun así, todavía están muy lejos de alcanzar el peso que tenían sobre el total de las rentas de capital mobiliario de los hogares en el pasado, como se puede observar en el Gráfico 2.6. A partir de 2015 el papel de los dividendos fue siendo cada vez mayor, de forma que en el periodo comprendido entre 2018 y 2023 han representado de media más del 76% del total de las rentas de capital mobiliario de los hogares, porcentaje que se redujo hasta un 70% en 2024, al ganar mayor importancia los intereses.

Gráfico 2.5. Importe y tasas de variación interanual de las rentas del capital mobiliario

Gráfico 2.6. Composición de las rentas de capital mobiliario de los hogares

También para las ganancias patrimoniales se espera un fuerte avance, superior al 22%. Este crecimiento se debe, de una parte, al dinamismo de las ganancias procedentes de los fondos de inversión, que representaban en torno al 12% del total de las ganancias patrimoniales en 2024 y que, tras dos años de caídas, crecieron un 79,3%, hasta alcanzar los 3.550 millones (Gráfico 2.7). Por otro lado, para las ganancias no sujetas a retención se prevé un incremento del 17%. Estas ganancias están ligadas, fundamentalmente, a las ventas de inmuebles y a la evolución de la cotización de las acciones, en ambos casos con mejores resultados en 2024 que en 2023 (Gráfico 2.8).

Gráfico 2.7. Importe de las rentas por ganancias patrimoniales y su peso sobre el total de las rentas de los hogares

Gráfico 2.8. Tasas de variación interanual de las ganancias patrimoniales no sujetas a retención, el valor de transmisión de vivienda libre de segunda mano y el índice de la Bolsa de Madrid

Por su parte, las rentas derivadas del arrendamiento de inmuebles crecieron un 6,5%, tasa que refleja también el buen tono de estas rentas, si bien se sitúa más de un punto por debajo del ritmo registrado en 2023.

Para finalizar, se estima que las rentas de las empresas personales crecieron un 9% en 2024 superando en casi cuatro puntos el 5,1% observado en 2023 (Cuadro 2.8), con un perfil de mejora a medida que avanzaba el año, pasando del 7,6% del primer trimestre al 10,5% del último.

El tipo efectivo sobre las rentas brutas de los hogares aumentó un 2,4% (0,6% en 2023, Cuadro 2.1 y Gráfico 2.9). Sin la cuota diferencial la subida se cifra en el 1,9% frente al 2,5% de 2023. Como en años anteriores, la subida del tipo se debe a las subidas de las retribuciones salariales y de las pensiones medias, y hubiera sido mayor de no haberse producido la rebaja de tipos a las rentas más bajas.

El IRPF devengado creció un 11,1% en 2024, encadenando cuatro años de crecimientos elevados. Entre 2021 y 2024, la tasa media de incremento alcanzó el 10,7%, fruto de un aumento medio de las rentas del 7,5% y del tipo efectivo medio del 3% anual. Sin la cuota diferencial, el IRPF devengado se incrementó un 10,5% en 2024, resultado del aumento de las bases del 8,5% y del tipo efectivo del 1,9% (Cuadro 2.1).

Los ingresos en el IRPF aumentaron un 7,6% (9,9% en 2023), tres puntos y medio por debajo de la tasa alcanzada por los impuestos devengados. La principal razón de esta divergencia se encuentra en que estos últimos incluyen la estimación de la cuota diferencial devengada correspondiente al ejercicio 2024, mientras que los ingresos en caja recogen los ingresos y devoluciones correspondientes al resultado de la declaración anual del ejercicio 2023. Los ingresos sin incluir el resultado de la declaración anual aumentaron un 10%, tasa más próxima a la de los impuestos devengados sin incluir la cuota diferencial (10,5%).

Los ingresos por retenciones del trabajo y actividades económicas crecieron en 2024 un 9%, gracias al crecimiento de las rentas cercano al 7% y el mayor tipo medio (Cuadro 2.3 y Gráfico 2.10). El aumento es inferior al de 2023, consecuencia, como ya se ha visto, del menor dinamismo mostrado por las rentas del trabajo.

De nuevo en 2024 volvieron a crecer con mucho vigor las retenciones por rentas de capital mobiliario. Lo hicieron un 40,8% después del 26,7% del año pasado (Cuadro 2.4). También las retenciones derivadas de las ganancias patrimoniales en fondos de inversión presentaron un crecimiento excepcional en 2024 (69,6%) y su importe se situó igualmente entre los máximos históricos. Hay que recordar la irregularidad que caracteriza a estos ingresos (en 2023 los ingresos disminuyeron casi a la mitad), con bruscos descensos y rápidas recuperaciones, ligados a la evolución de los mercados financieros, de los tipos de interés y su repercusión sobre la composición de la cartera de los hogares. Por su parte, las retenciones por arrendamientos (fundamentalmente de locales) aumentaron en 2024 un 5,8% (6,7% en 2023).

En lo que se refiere a los beneficios de las empresas personales, los pagos fraccionados crecieron en 2024 un 9,5%, tasa casi dos puntos inferior a la del impuesto devengado (Cuadro 2.8), diferencia que se explica por la evolución creciente que han mostrado estos pagos y el desplazamiento a la caja de febrero de 2025 del pago correspondiente al devengo del cuarto trimestre de 2024.

Los ingresos asociados al resultado de la declaración anual se redujeron un 1,5%, mientras que las devoluciones crecieron un 16,5% (casi 2.200 millones más que el año anterior). Desde el punto de vista de los rendimientos declarados, los resultados negativos se entienden por el bajo crecimiento de las rentas por actividades económicas y la disminución de las ganancias patrimoniales (en especial las procedentes de la venta de inmuebles), rendimientos que en su mayoría se manifiestan en la declaración. Pero esto no explica la mayor parte del descenso que tiene tres causas principales. La de mayor impacto es la derivada de la sentencia favorable a los mutualistas que supuso, por una parte, la minoración de los rendimientos percibidos como pensiones en 2023 en la declaración, reduciendo los ingresos y aumentando las devoluciones, y, por otra, la devolución de esas mismas cantidades, pero referidas a los ejercicios anteriores no prescritos, solicitadas a través de recurso. A esto hay que añadir las reducciones en el tramo autonómico del impuesto (menores que en la declaración de 2022, pero todavía significativas) y el aplazamiento a febrero del segundo plazo de la cuota positiva para los contribuyentes de la provincia de Valencia, medida incluida dentro del resto de actuaciones dirigidas a paliar los efectos de la dana (Cuadro 1.5).

Por último, hay que señalar que en 2022 se rompió de nuevo el que solía ser el patrón habitual de la liquidación anual de la Asignación a la Iglesia Católica. Dicha liquidación se solía hacer en enero por los saldos pendientes de la declaración de dos años antes. Sin embargo, la correspondiente al ejercicio 2021 que debería haberse pagado en enero de 2023, se adelantó a diciembre de 2022. Es por ello que las devoluciones por este concepto en 2023 fueron unos 230 millones inferiores a las realizadas un año antes y estuvieron unos 160 millones por debajo de las pagadas en 2024.

El crecimiento de los ingresos por retenciones del trabajo y actividades económicas en el sector privado fue del 9,1% (8,7% si se incluyen también el resto de retenciones del trabajo). La cifra es más de un punto inferior a la registrada en 2023. La masa salarial se desaceleró, como se ha dicho, por la ralentización del ritmo de creación de empleo, en especial en las pymes . Las subidas salariales, en cambio, si bien se mantuvieron en el entorno del 5% fueron algo menores que en 2023. En las Grandes Empresas el aumento de los ingresos se elevó al 10,3% frente al 6,8% que mostraron las pymes Cuadro 2.3). No obstante, hay que tener en cuenta el impacto de la modificación de la reducción por rendimientos del trabajo que benefició a los salarios bajos, con mayor presencia en las pymes. Si se suman los ingresos perdidos por este motivo, los crecimientos en ambos tipos de empresa hubiesen sido más parecidos, en las Grandes Empresas del 10,6% y en las pymes del 9%.

En las AA.PP. los ingresos por retenciones del trabajo crecieron un 9,7%, casi tres puntos menos que en 2023. La desaceleración se explica por la menor intensidad con la que crecieron las retenciones ligadas a las pensiones. En 2023 se vivió un fuerte aumento de la masa de pensiones por la elevada revalorización consecuencia de los incrementos de precios de 2022. Eso llevó a un incremento de las retenciones en el entorno del 19% en 2023. En 2024, salvo en el primer mes que recogía las retenciones de diciembre, el crecimiento de estos ingresos se situó alrededor del 11,3%, con un aumento del 7% en la masa salarial y del 4% en el tipo, también, como en las pymes, afectado a la baja por los cambios en la reducción por rendimientos del trabajo. En la parte de los salarios de los empleados públicos, las retenciones crecieron más del 8% (cerca del 6% por la masa de salarios y el resto por la subida del tipo efectivo), ligeramente por encima de lo que sucedió en 2023.