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Detenida en el aeropuerto de Barcelona una persona con 187 cilindros de droga en su organismo

  • La pasajera fue sometida a una prueba radiológica donde se descubrieron las cápsulas tras las sospechas que generó en un control rutinario

14 de marzo de 2025.- La Agencia Tributaria y la Guardia Civil detuvieron el pasado 4 de marzo en el aeropuerto Josep Tarradellas-Barcelona El Prat a una pasajera, una ciudadana marroquí de 44 años, como presunta autora de un delito contra la salud pública por tráfico de drogas. La mujer transportaba en su organismo un total de 187 cilindros de hachís, con un peso total de 2.011 gramos, lo que suponía un grave riesgo para su vida.

Los funcionarios de la Agencia Tributaria que prestaban servicio en la Aduana de la Terminal 2 del aeropuerto junto a los agentes de la Unidad de Análisis e Investigación Fiscal y Fronteras (UDAIFF) de la Guardia Civil, identificaron a la pasajera de un vuelo procedente de Fez (Marruecos) durante un control rutinario. La mujer presentaba un comportamiento nervioso e inusual, con respuestas incoherentes a las preguntas formuladas por los agentes, lo que levantó sospechas sobre un posible intento de introducción de sustancias ilegales en territorio nacional.

Ante estas circunstancias, se solicitó a la pasajera el traslado a la Terminal 1 donde el médico facultativo le sometería a una prueba radiológica para comprobar si portaba cuerpos extraños en su organismo. La mujer, accedió voluntariamente y el resultado de la prueba confirmó la presencia de una gran cantidad de cápsulas en su aparato digestivo, lo que llevó a su inmediata detención como presunta autora de un delito contra la salud pública por tráfico de drogas y su traslado urgente al Hospital Universitario de Bellvitge (Barcelona), donde se activó el protocolo médico para la extracción de los cilindros de droga. En total tenía en su interior 187 cilindros de hachís con un peso de dos kilos.

Las personas que realizan este tipo de transporte de droga en su organismo son conocidas como ‘boleros’ o ‘muleros’. Estos individuos ingieren pequeñas cápsulas envueltas en materiales resistentes para evitar su disolución en el estómago, y asumir el peligro que conlleva con el objetivo de trasladarlas a través de controles aduaneros sin ser detectados. Sin embargo, la presión, el tiempo prolongado sin expulsarlos o movimientos bruscos pueden provocar la ruptura de los envoltorios, liberando la sustancia en el organismo y causando graves intoxicaciones que pueden ser mortales.

Entiende del caso el Juzgado de Instrucción de El Prat de Llobregat (Barcelona) en funciones de guardia.